Periodico El Informativo de Sabanalarga Atlantico

UN Ayer, << JESÚS SARMIENTO CASTAÑO, >> sin, después. Pudimos detectar desde el primer momento que nos encontrábamos no únicamente ante un intelectual, ante un hombre culto, sino, además, ante un hombre de carácter. Y subrayo esta circunstancia porque a pesar de que me parece exagerada la expresión tópica de que entre nosotros la inteligencia es silvestre, considero que, de todos modos, escasea menos que el carácter. Mi sorpresa derivaba del hecho elemental de que se había producido un acto totalmente insólito en ese momento Sabanalarga. Que llegue a una alta dignidad del municipio de Sabanalarga un hombre, por la sola circunstancia de tener las condiciones personales que se necesitan para llegar a ella, es verdaderamente exótico y extraño en nuestro medio. Ustedes bien lo comprenden. Sabanalarga es una población ortodoxa. Y lo es de una manera tal que no hay ni tiene al aparecer un ciudadano que influya como un disidente irredento. Posiblemente las diferencias entre ese individuo que buscamos y la colectividad puedan reducirse a una simple discrepancia en materia de filosofía del lenguaje. Porque mientras se ha institucionalizado el uso del lenguaje para tapar, para encubrir una realidad, cómo un manoseadísimo. Poquísimos periodistas como Max Barraza; y algunos buenos editoriales de los esposos propietarios del periódico<< la Opinion >> siempre lo han utilizado para desvelarla. Y no podía ser de otro modo, en un país donde las luchas por las autonomías públicas hay que librarlas a contrapelo del partido político que las proclama en su programa. Las luchas por la equidad social hay que librarlas en contra de la agrupación política que se proclama depositaria de toda la hacienda creyente.